El fin de una era: Filipinas se despide de las licencias POGO para 2024


Conclusiones clave:
- Todos los permisos de trabajo para empleados de operadores de juegos en alta mar de Filipinas (POGO) caducarán a finales de 2024, lo que marcará un cambio significativo en el panorama de la industria del juego del país.
- Esta decisión, confirmada por la Corporación Filipina de Diversiones y Juegos (PAGCOR), se alinea con la directiva del Presidente de imponer una prohibición nacional a las POGO, lo que refleja un importante cambio de política.
- El cierre de PoGO está a punto de tener importantes repercusiones económicas, incluida una pérdida de ingresos proyectada de 23 000 millones de pesos filipinos (410 millones de dólares estadounidenses) para PAGCOR y la posible pérdida de 40 000 puestos de trabajo locales.
En una medida que marca una transformación significativa para la El sector del juego en Filipinas, la Philippine Amusement and Gaming Corp (PAGCOR) ha anunciado una fecha límite decisiva para la validez de los permisos de trabajo de los empleados extranjeros y locales de los operadores de juegos en alta mar (POGO) de Filipinas. A finales de diciembre de 2024, todos estos permisos dejarán de ser válidos. Esta directiva también abarca a las personas empleadas con licencias de juego en el extranjero para trabajadores de licenciatarios de juegos por Internet (IGL), lo que garantiza un enfoque unificado ante el cierre inminente.
La decisión, encabezada por el director ejecutivo de PAGCOR, Alejandro Tengco, es una respuesta directa a la prohibición nacional de POGO declarada por el presidente de Filipinas en su discurso sobre el estado de la nación (SONA). El paso de un próspero período de validez de tres años para los POGO, ahora rebautizado como IGL, a un plazo definitivo de validez de tres años marca un momento crucial para la industria.
La prohibición de los POGO no está exenta de controversias y preocupaciones. El director ejecutivo de PAGCOR, Tengco, ha expresado abiertamente su temor por los impactos financieros y laborales de esta prohibición. La asombrosa pérdida de ingresos prevista de 23 000 millones de pesos filipinos (410 millones de dólares estadounidenses) para PAGCOR, junto con la alarmante posibilidad de que se pierdan 40 000 puestos de trabajo locales, subrayan la gravedad de la situación.
Tras el anuncio de la prohibición el 22 de julio, se pusieron inmediatamente en marcha medidas estrictas. A los empleados de POGO, en particular a los extranjeros, se les dio un plazo de 60 días a partir del 26 de julio para salir de Filipinas o enfrentarse a sanciones. Esta directiva también dio lugar a una campaña pública para identificar y denunciar a los trabajadores ilegales de POGO, lo que llevó a deportaciones rápidas.
En medio de estos acontecimientos, PAGCOR ha hecho llamamientos para excluir de la prohibición a las empresas de subcontratación que prestan servicios a operaciones en EE. UU. y el Reino Unido, destacando la compleja interacción de los intereses económicos y las medidas reguladoras que configuran el futuro de la industria del juego en Filipinas.
El cierre inminente de POGO representa un punto de inflexión importante, no solo para el sector del juego, sino también para el panorama socioeconómico más amplio de Filipinas. A medida que se acerca la fecha límite, la industria se prepara para el cambio y reflexiona sobre los desafíos y las oportunidades que se avecinan en este nuevo capítulo para el juego filipino.
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